Lejos de acatar la orden el comerciante se trabó en lucha con los malvivientes. Pese a estar dos contra uno, los malvivientes no lograban vencer a su víctima motivo por el cual el más joven salió del local y fue en busca de un “refuerzo”.
Segundos después un tercer delincuente se sumó a la refriega y, ahora sí, lograron hacer perder la vertical al comerciante que cayó al suelo.
Pese a todo la mujer aprovechó un descuido de los intrusos, y pudo salir a la calle donde comenzó a pedir auxilio a los gritos. Uno de los maleantes salió tras ella y le apoyó el cañón del arma en su cintura, toda vez que le ordenaba para que ingrese nuevamente al local.
La mujer no hizo caso y continuó pidiendo auxilio, lo que provocó a esta altura que varios vecinos salieran de sus casas y vieran lo que estaba ocurriendo.
Acorralados por la situación el trío de maleantes abandonó el comercio y subieron a un Chevrolet Corsa Gris, modelo nuevo, con el que se dieron a la fuga a toda velocidad. El escape fue tan intenso que el vehículo circuló varios metros con sus puertas abiertas. Algunos testigos narraron que el coche era conducido por una mujer.
Fue planificado
“Esto que me hicieron no fue un robo al voleo, todo lo contrario. Fue algo planificado. Se tomaron el trabajo de conseguir una batería e hicieron todo el acto de que venían a cargarla para que yo les abra la puerta”, dijo Jorge a El Litoral.
“A fin de cuentas no se llevaron nada. Había un cajón con plata y hasta un celular que ni lo tocaron. Lo único que me decían era ‘tirate al suelo”. En la fuga los delincuentes se dejaron una mochila y unos guantes”, agregó